Hace ya cuatro años que he comenzado con la aventura de fondear en las aguas laneras y en especial de profundizar en la magia del fieltro. Puede que me guste que sea un arte ancestral, en el que los pelos de un animal se convierten en un tejido ligado, unido, sin que haya intervenido aparentemente nada… o así debió ser la primera vez que un ser humano observó el fieltro.